| Diario de Soria
El mito de Numancia demostró ayer que está más vivo que nunca. Alrededor de 4.000 personas abarrotaron ayer el graderío instalado junto al yacimiento para ver la representación de uno de los episodios que marcaron la leyenda de la ciudad celtíbera. La asociación Tierraquemada, encargada de la escenificación desde hace más de una década, escogió este año ‘Mancino desnudo a las puertas de Numancia’.
En el espectáculo participaron unos 200 actores y una treintena de personal encargado de labores logísticas. La representación contó la historia de Mancino, un cónsul romano enviado por el Senado para aplastar la rebelión de Numancia. El enviado imperial no logró cumplir los objetivos marcados por Roma. En una hábil maniobra los guerreros celtíberos rodearon a los soldados romanos obligando a su líder a firmar un tratado con condiciones poco favorables a los intereses imperiales, pero con el que consiguió salvar las vida de muchos de sus militares.
Tras conocer el contenido del acuerdo el Senado rechazó el documento e imputó a Mancino. Las autoridades romanas decidieron castigar al cónsul llevando a las puertas de Numancia y desponjándolo de sus atributos militares.
La representación desarrollada por Tierraquemada destacó por la espectacularidad de las batallas y por la fluidez de la historia. Un año más la representación se ha caracterizado por su fidelidad con la historia y por ser una actuación amena. Para la puesta en escena de cada uno de los capítulos se cuenta con la colaboración de los vecinos de Garray, Soria y de otras localidades de la provincia. Parte de los actores se “transforman” romanos, y otros lo hacen de celtíberos.
El episodio de Mancino es la segunda vez que se representa en Numancia. Desde la Asociación Tierraquemada explicaron «lo que hemos hecho es dividir la historia de Numancia en ocho capítulos, los más relevantes, que se van representando cíclicamente, por lo que la de hoy es la segunda vez que se hace», recordó el presidente del colectivo, Alberto Santa María, según recoge Ical.