- 01ago2015
A.C.C. Tierraquemada | Graderío La Hoya. Garray (Soria)
La representación histórica de la caída de Numancia ha llegado a su último capítulo, la escenificación de la misma se ha dividido en tres partes, la primera en la que se muestra la llegada del mejor Cónsul del que disponían los romanos, Publio Cornelio Escipión “El Africano”, la segunda, como El Cerco de Escipión y la tercera La Caída de Numancia.
Publio Cornelio Escipión Emiliano el africano, es nombrado cónsul en Enero del año 134 a.C. y enviado por el senado romano a conquistar Numancia al frente de un ejército de 60.000 soldados. Después de devastar el territorio de los vacceos para abastecerse de cereal y cortar la posibilidad de los vacceos de suministrar comida a los numantinos.
A finales del verano llega a Numancia y comienza los preparativos para cercar la ciudad.
En los meses siguientes, disponiendo de su gran ejército (entre legionarios itálicos y tropas auxiliares indígenas), frente a los 4.000 numantinos encerrados en su ciudad, se dedicó a aislar Numancia con un férreo cerco, constituido por siete campamentos, levantados en los cerros que rodean la ciudad (están señalados con hitos blancos), unidos entre sí por un potente muro (vallum), de 9 kilómetros de perímetro (2,40 m de ancho y unos 4,50 m de alto, reforzado con torres de mayor altura). Además, en la confluencia del río Duero con el Tera y con el Merdancho, dispuso fortines con rastrillos para controlar el paso fluvial.
La idea era someter Numancia sin ofrecer combate rindiéndola por el hambre, las salidas de los numantinos para romper el cerco fueron infructuosas y repelidas por la táctica de Escipión.